Unidos Para Servir

MARY RIVERO BRINDA APOYO A TRAVÉS DE LA FUNDACIÓN LA MANO DE DIOS

MIAMI, FLORIDA – MARZO 2025

En el corazón de cada acción altruista hay una historia de pasión, entrega por Mary Rivero, una venezolana que ha convertido su deseo de ayudar en una misión de vida. A través de esta iniciativa, Mary y su equipo han logrado llevar materiales escolares, libros y otros insumos esenciales a niños en situación vulnerable en Cumaná, Venezuela. Pero su labor no termina allí: la fundación también ha extendido su alcance a los Estados Unidos, brindando apoyo a comunidades necesitadas en la ciudad de Doral, Florida.

La Mano de Dios nació como un esfuerzo familiar. "Todos colaboramos: mis sobrinos, mis cuñados, amigos y colegas. Es un trabajo en equipo", explica Mary con una sonrisa. Lo que comenzó como una idea pequeña se ha convertido en una red de apoyo que impacta a cientos de niños y familias. Su enfoque principal está en la educación, proporcionando a los niños las herramientas necesarias para aprender y soñar con un futuro mejor. "Para muchos de ellos, un simple cuaderno o un lápiz pueden marcar la diferencia entre poder estudiar o no", agrega.

Además de la educación, la fundación también colabora con hospitales y otras organizaciones sin fines de lucro en Venezuela, brindando apoyo a niños con cáncer y a adultos mayores. En Estados Unidos, han trabajado en iniciativas locales entregando insumos básicos a personas mayores en hogares de cuidado y brindando alimentos a familias en situación de necesidad.

Uno de los pilares fundamentales de la fundación es su equipo de profesionales en Venezuela. "Contamos con una socióloga que es mi mano derecha, una psicóloga clínica, médicos cirujanos y anestesiólogos que nos ayudan en jornadas médicas y hospitalarias", detalla Mary. Este equipo no solo proporciona atención médica, sino que también participa activamente en la distribución de materiales y en la organización de actividades recreativas para los niños.

"Nos aseguramos de que cada donación llegue a quienes más lo necesitan. A veces incluso cruzamos ríos en burro para llevar las cajas a comunidades remotas", comenta Mary con orgullo. Esta dedicación refleja la pasión y el compromiso del equipo, que trabaja incansablemente para llevar esperanza a los rincones más apartados de Venezuela.

A pesar de los logros alcanzados, uno de los mayores desafíos que enfrenta La Mano de Dios es el costo de los envíos a Venezuela. "Hemos financiado estos envíos con fondos propios durante ocho años, pero cada vez se vuelve más difícil", confiesa Mary. En el pasado, lograron recibir apoyo de una empresa de envíos, pero esa ayuda ya no está disponible. Actualmente, buscan alianzas con empresas de logística y envíos para poder continuar con su labor sin que los costos sean un impedimento.

"Si tan solo una o dos empresas nos donaran el envío de algunas cajas al mes, podríamos hacer mucho más", enfatiza Mary. Con este llamado, espera sensibilizar a empresarios y organizaciones que puedan colaborar con esta noble causa.

La fundación organiza dos eventos principales cada año para recaudar fondos e insumos. Uno de ellos es la recolección de juguetes en el mes de julio, con el objetivo de llevar alegría a los niños en el Día del Niño. "Nos enfocamos en juguetes en lugar de materiales escolares, porque queremos que estos pequeños tengan un momento de felicidad y olvido de sus dificultades", explica Mary. El segundo evento se realiza en diciembre y consiste en recolectar ropa y obsequios para la celebración de la Navidad.

Además, Mary está explorando la posibilidad de realizar eventos más frecuentes en cafeterías y otros espacios comunitarios, donde las personas puedan contribuir con donaciones económicas o en especie. "Cada pequeña ayuda suma. Un café, un cachito, una colaboración, todo se traduce en esperanza para un niño en Venezuela", recalca.

La labor de La Mano de Dios es un testimonio del impacto positivo que una persona y su comunidad pueden tener en la vida de muchos. Mary y su equipo trabajan incansablemente para mejorar la calidad de vida de niños y familias en situación de vulnerabilidad, pero necesitan apoyo para continuar su misión.

"Siempre hay una manera de ayudar. Ya sea con una donación, con voluntariado o simplemente compartiendo nuestra causa, todos podemos marcar la diferencia", concluye Mary. Con cada aporte, por pequeño que sea, se siembra una semilla de esperanza en el corazón de quienes más lo necesitan.

FUNDACIÓN LA MANO DE DIOS
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